Dos décadas han transcurrido desde el inicio del siglo XXI y todas las previsiones, optimistas o no, han errado en predecir la crisis sanitaria, social, económica y de valores a la que nos enfrentamos a nivel global como consecuencia del Covid-19.
En este escenario, sin olvidar las dificultades y necesidades previas que aún persisten, surgen iniciativas institucionales y de la sociedad civil orientadas a promover, a pesar de las adversidades, la construcción de una sociedad más justa. Se trata de propuestas que se formulan desde la opción radical de la dignidad de la persona y por la alternativa comunitaria como estructura de convivencia y donde la intervención educativa avanzada constituye una herramienta fundamental.
En este sentido, el presente Nº 33 de la Revista Prisma Social se ha dedicado a un monográfico con temática «Inclusión, Justicia Social y Desarrollo Comunitario: Desafíos y dilemas para la intervención socioeducativa avanzada en la era postcoronavirus» en el que se publican trabajos de investigación que se ocupan de diversos aspectos relativos a la inclusión educativa y social en el ámbito iberoamericano y, en especial, con trabajos que profundizan en una nueva mirada hacia la diversidad humana y social y que analizan nuevas formas para avanzar y transformar culturas, políticas y prácticas desde la participación ciudadana, la justicia y empoderamiento social y la visibilización de realidades ocultas, pero muy cercanas.